Bienvenidos todos. Tanto Mauricio como yo reconocemos el enorme esfuerzo personal que han realizado, sobre todo los que han hecho cientos y miles de kilómetros para estar aquí. Muchas gracias por su constancia, tenacidad, compromiso y patriotismo.
En segundo lugar, yo quería hacer hoy una larga exposición programática, reproduciendo lo que habíamos expuesto en el documento que va a formar parte del núcleo referencial que PRO va a llevar a las elecciones. Quería tener la oportunidad de explicarlo en detalle para todos.
Me voy a centrar en los ejes que ustedes deben retener, aquellos que son fundantes de esta coalición, visión y propuesta de país.
El primer eje es el de la concordia. Queremos una Argentina en paz, trabajando productivamente, sin odios ni rencores, mirando al futuro y no por el espejo retrovisor. Queremos gobernar para todos los argentinos, no sólo para algunos.
Ese es el principio básico que Alberdi expuso a la sociedad argentina en un momento de hondo dolor. Al escribir las notas para la Constitución Nacional dijo “basta de degollarnos”. Y nosotros decimos hoy “si lo único que vamos a hacer es fomentar el odio y la revancha entre los argentinos, no hay futuro”.
El segundo eje es la cultura del trabajo. Queremos que los argentinos ganen el pan con el sudor de su frente. No queremos que la gente dependa de los bolsos y planes del Gobierno, que se tengan que arrastrar frente al Gobierno. Por eso nuestra consigna será siempre “a trabajar, a trabajar, a trabajar”.
El tercer eje es que no hay libertad sin seguridad personal. Estuve recientemente en la provincia de Tucumán; cuando estaba yendo a dar mi exposición, un señor me paró a la entrada del ascensor y me dijo: “Tenga cuidado. Hay un asesino suelto”. Mi primera reacción fue sonreírme. Y él me dijo “No es para reírse. Mi hija ha sido secuestrada y asesinada con la complicidad del Gobierno”.
Esa realidad de la inseguridad, que nos agobia y abruma porque forma parte de la vida cotidiana de los argentinos, va a ser una prioridad para nosotros. Vamos a poner uno de los ejes del debate allí. Y no porque queramos desestabilizar, sino porque es el reclamo más profundo, sano y real que nos hace nuestro pueblo. Esto lo tenemos que entender y poder defender.
El cuarto eje son los recursos humanos. Queremos construir una sociedad cohesionada e igualitaria. La cohesión y la igualdad de oportunidades de una sociedad dependen de que todos tengan acceso a formar su propio capital humano. Por eso el programa del PRO hace énfasis en la Nutrición, Salud, Educación y en la Preservación del Medio Ambiente. Nadie puede decir que somos oportunistas porque luchamos por el Matanza-Riachuelo, el Reconquista, las cloacas, el agua corriente. Lo hacemos porque allí está el corazón de la construcción de una sociedad cohesionada e igualitaria. Seremos siempre los que estemos más dispuestos a luchar para conseguir los niveles de progreso e igualdad que disfrutan los países desarrollados. No le vamos a dar a nadie el privilegio de ser más sensibles, más solidarios y más humanos que nosotros.
El quinto eje es el de la recomposición institucional de la República. Ustedes conocen el nivel de deterioro institucional del país y el valiente accionar de nuestros bloques legislativos enfrentando el avance del Gobierno sobre las libertades individuales y las instituciones. Nuestro compromiso es revertir dramáticamente la concentración de poder, la tendencia a la hegemonía y el estilo autoritario. La sociedad argentina debe tener la convicción de que con nosotros, nadie va a tener miedo de los prepotentes y arrebatadores. Vamos a edificar una sociedad que respeta el Estado de Derecho y construye sobre la base de la legalidad y respeto de la Constitución.
Por último, defendemos también la racionalidad en las políticas públicas. Hay muchos ejemplos de irracionalidad en el accionar del Gobierno actual. Pero voy a citar uno: acaban de pedir un préstamo internacional para promover las exportaciones de carne, que fue rechazado porque esas exportaciones están prohibidas.
La racionalidad en las políticas públicas es necesaria para devolver prosperidad, empleo, productividad al país.
El segundo tema en esta exposición es la necesidad de reforzar la coalición. Hoy es un día maravilloso en ese sentido. Vemos que hemos aprendido a convivir, confiar, construir. Necesitamos adquirir una cultura de coalición. Necesitamos respetar nuestros códigos de conducta. No podemos pretender cada uno que los demás sean como nosotros así como los otros no pueden pretender que seamos como ellos. Debemos reconocer nuestra identidad y poder cooperar, sin oportunismo ni vacilaciones.
Aunque cueste, nosotros vamos a defender nuestros valores una y otra vez, porque debemos ser confiables. Hacia adentro y hacia fuera.
En cuanto a la estrategia electoral, sé que a todos nos gustaría que se definieran las candidaturas. Sé que del otro lado nos apuran, pero comprendan que primero debemos centrar el enfoque en los temas en debate. Y dar el espacio y tiempo a nuestros candidatos de elegir el momento más favorable para hacer sus anuncios. Les pido que tengan confianza, que nos den el margen de maniobra para definirnos en el momento en que sea más eficaz. Es necesario que podamos graduarlo de acuerdo a las necesidades y posibilidades que veamos.
Vamos a avanzar más rápidamente sobre las jurisdicciones provinciales que van a elecciones pronto.
Y si a la sociedad le decimos “a trabajar, a trabajar, a trabajar”, a todos ustedes les decimos “a trabajar como nunca”.
Hoy mismo hay otro acto en otro lugar de la provincia de Buenos Aires, que es nada más que pintarse los labios para entregarse a Kirchner.
Hay algo muy claro; los que estamos aquí no nos vendemos ni nos quebramos. Seremos la bandera de la seguridad, el trabajo, la República, las instituciones. A nosotros no nos van a comprar.
Quiero cerrar –porque yo tengo la tendencia a hablar y ya que me señalan que tengo estilo de profesor, déjenme defenderme- con una nota emotiva y de convocatoria.
En el día más difícil de mi vida política, el 23 de Octubre de 2005, en que tuve que reconocer mi derrota electoral en la Provincia de Buenos Aires, utilicé un texto del Nuevo Testamento, la Carta de Santiago –un texto que mi padre me leía en los momentos de adversidad- que dice: “He librado la batalla, he conservado la fe y los valores, tengo la conciencia en paz”.
Hoy ese mensaje parece triste. Quiero cerrar con un texto del Antiguo Testamento: uno de los pasajes más optimistas y llenos de vida y esperanza. Cuando Moisés lidera a los judíos saliendo de Egipto y debe enfrentar a los filisteos. El Señor le dice que para enfrentarlos debe mantener los brazos en alto. Y en esas circunstancias, a Moisés -como nos pasa a veces a nosotros- le decaía la fuerza y se le bajaban los brazos. Y en esos momentos aparecía Aarón quien cada vez que se le caían los brazos, se los levantaba y sostenía en alto. Yo voy a ser Aarón para vos, Mauricio, voy a levantar tus brazos para que no decaigas en la lucha, y vos vas a ser Aarón para mi.
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