Un anĂ¡lisis del discurso desde la perspectiva del "vale todo" sobre las declaraciones del papa Benedicto XVI -Joseph Ratzinger- sobre la pobreza en la Argentina arrojarĂa los siguientes resultados.
Alguien se acercĂ³ al Santo Padre y le dijo: -Su santidad, dentro de poco se realizarĂ¡ un colecta en la Argentina y durante los Ăºltimos años la recaudaciĂ³n ha caĂdo. Benedicto conducido por un genuino sentimiento de compasiĂ³n por los pobres argentinos Ă³ tal vez despuĂ©s haberlo meditado por un instante y haberlo consultado con uno o dos obispos resolviĂ³ redactar en un comunicado papal la necesidad de donar por la creciente pobreza. Contingentemente en la Argentina resulta que se habĂa propagado la pobreza, pero como se viene encubriendo con las intervenciones de Moreno en el INDEC y la manipulaciĂ³n de los nĂºmeros, parecĂa que el parecĂa que el papa con sus poderes sobrehumanos podĂa ver la verdad mĂ¡s allĂ¡ del simulacro kirchnerista. El papa nos ha descubierto.
El gobierno que se encuentra en modalidad conciliatoria no puede darse el lujo de confrontarse con la iglasia asĂ que aplicĂ³ la estrategia del Ju-jitsu (o judo) concordando con las palabras del santo padre. El gobierno respondiĂ³: -Claro que la pobreza es una cuestiĂ³n que hay que atender urgente. Estamos de acuerdo y tenemos que ocuparnos de forma prioritaria. Esto es lo mismo que decir, "estamos de acuerdo con el papa".
Pero la fabulosos de la enunciaciĂ³n es que uno puede enunciar "estamos de acuerdo con el papa" y estar diciendo algo completamente distinto. El enunciado decir estar de acuerdo, pero la enunciaciĂ³n dice, "no vamos a confrontar con el papa". Incluso esto puede ser leĂdo como "No nos metemos con tu colecta pero ustedes aflojan un poco". Casi como un gesto, nos dejamos pegar una porque sabemos que es importante para ustedes esta colecta. No les tocamos el negocio, la platita, y apoyamos las palabras de su santidad.
Casi como un idioma de entendimiento de la hostilidad.
A todo esto -el elemento de contingencia estĂ¡- el papa tal vez no intentaba criticar directamente al gobierno de los Kirchner (o sĂ) tanto como promover la colecta "+x-". De todas formas no hubiera hecho falta que el papa tuviera la intenciĂ³n de criticar a los Kirchner para que esto diera pie a Begoglio.
En tiempo de diĂ¡logo con los distintos sectores los Kirchner se comportan con mucha calma y aplican la retĂ³rica del ju-jitsu que tan bien ejecuta el jefe de gabinate AnĂbal Fernandez.
En definitiva el papa estĂ¡ preocupado por los pobres argentinos. Los Kirchner estĂ¡n de acuerdo con el papa.
En el medio de todo este asunto estĂ¡n los pobres. De esos se habla mucho pero se hace muy poco. Los pobres son el capital de discursos como el polĂtico y el religioso. Esto es casi una disputa por el significante pobres. Como hacer cosas en nombre de los pobres invistiera de cierta legitimidad que despierta compasiĂ³n.
Alguien se acercĂ³ al Santo Padre y le dijo: -Su santidad, dentro de poco se realizarĂ¡ un colecta en la Argentina y durante los Ăºltimos años la recaudaciĂ³n ha caĂdo. Benedicto conducido por un genuino sentimiento de compasiĂ³n por los pobres argentinos Ă³ tal vez despuĂ©s haberlo meditado por un instante y haberlo consultado con uno o dos obispos resolviĂ³ redactar en un comunicado papal la necesidad de donar por la creciente pobreza. Contingentemente en la Argentina resulta que se habĂa propagado la pobreza, pero como se viene encubriendo con las intervenciones de Moreno en el INDEC y la manipulaciĂ³n de los nĂºmeros, parecĂa que el parecĂa que el papa con sus poderes sobrehumanos podĂa ver la verdad mĂ¡s allĂ¡ del simulacro kirchnerista. El papa nos ha descubierto.
El gobierno que se encuentra en modalidad conciliatoria no puede darse el lujo de confrontarse con la iglasia asĂ que aplicĂ³ la estrategia del Ju-jitsu (o judo) concordando con las palabras del santo padre. El gobierno respondiĂ³: -Claro que la pobreza es una cuestiĂ³n que hay que atender urgente. Estamos de acuerdo y tenemos que ocuparnos de forma prioritaria. Esto es lo mismo que decir, "estamos de acuerdo con el papa".
Pero la fabulosos de la enunciaciĂ³n es que uno puede enunciar "estamos de acuerdo con el papa" y estar diciendo algo completamente distinto. El enunciado decir estar de acuerdo, pero la enunciaciĂ³n dice, "no vamos a confrontar con el papa". Incluso esto puede ser leĂdo como "No nos metemos con tu colecta pero ustedes aflojan un poco". Casi como un gesto, nos dejamos pegar una porque sabemos que es importante para ustedes esta colecta. No les tocamos el negocio, la platita, y apoyamos las palabras de su santidad.
Casi como un idioma de entendimiento de la hostilidad.
A todo esto -el elemento de contingencia estĂ¡- el papa tal vez no intentaba criticar directamente al gobierno de los Kirchner (o sĂ) tanto como promover la colecta "+x-". De todas formas no hubiera hecho falta que el papa tuviera la intenciĂ³n de criticar a los Kirchner para que esto diera pie a Begoglio.
En tiempo de diĂ¡logo con los distintos sectores los Kirchner se comportan con mucha calma y aplican la retĂ³rica del ju-jitsu que tan bien ejecuta el jefe de gabinate AnĂbal Fernandez.
En definitiva el papa estĂ¡ preocupado por los pobres argentinos. Los Kirchner estĂ¡n de acuerdo con el papa.
En el medio de todo este asunto estĂ¡n los pobres. De esos se habla mucho pero se hace muy poco. Los pobres son el capital de discursos como el polĂtico y el religioso. Esto es casi una disputa por el significante pobres. Como hacer cosas en nombre de los pobres invistiera de cierta legitimidad que despierta compasiĂ³n.
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