La
posibilidad de democracia en escala global está hoy emergiendo por primera vez.
Este libro trata de esa posibilidad, de lo que denominamos el proyecto de la
multitud. El proyecto de la multitud no solamente expresa el deseo de un mundo
de igualdad y libertad, no sólo demanda una sociedad democrática global abierta
e incluyente, sino que también provee los medios para lograrlo. Ese es el modo
en que finalizará nuestro libro, pero no puede comenzar allí.
Hoy,
la posibilidad de democracia está oscurecida y amenazada por el aparentemente
permanente estado de conflicto en todo el mundo. Nuestro libro debe comenzar
por este estado de guerra. Es verdad que la democracia ha permanecido como un
proyecto incompleto durante toda la era moderna, en todas sus formas nacionales
y locales, y también es cierto que los procesos de globalización de las décadas
recientes han sumado nuevos desafíos, pero el principal obstáculo para la
democracia es el estado de guerra global. En nuestra era de globalización
armada, el sueño moderno de democracia puede parecer irremediablemente perdido.
La guerra siempre ha sido incompatible con la democracia. Tradicionalmente, la
democracia ha sido suspendida durante los tiempos de guerra y de temporarios
emplazamientos del poder en una fuerte autoridad centralizada para confrontar
la crisis. Como el actual estado de guerra es tanto a escala global como de
larga duración, sin final a la vista, también la suspensión de la democracia se
torna indefinida o incluso permanente. La guerra adopta un carácter
generalizado, estrangulando toda la vida social e imponiendo su propio orden
político. Así, la democracia parece inalcanzable, enterrada bajo las armas y
los regímenes de seguridad de nuestro
Toni Negri
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