Una manera de intervenir en sobre catástrofes como estas (el derrame de petróleo en el golfo de méxico.) no tiene nada que ver con interesarse, conmovers, procupars. La manera de intervenir en estas cuestiones es con una ética coherente y comprometida con los problemas que afectan nuestro entorno inmediato. No tener auto, consumir la energía elétrica necesaria, hacer uso responsable del agua, son contribuciones (marginales) a estas cuestiones. Que nosotros seamos responsables con la extracción, consumo y desehcho de los recursos no renobables del planeta no detendrá ni desaclerá un instante la destrucción que estamos causando a nuestro planeta. Independientemente de estos resultados, esta ética militante del consumo responsable de los recursos es necesaria y anterior a cualquier acción concreta de intervención en cuestiones como el de esta cátastrofe como es el derrame de petróleo en el golfo de méxico.
No tenemos que esperar a que las petroleras y las automotrices -condesendientemente- nos digan cuando vamos a estar preparados para acceder a vehículos propulsados por combustibles eficientes y menos contaminantes como las células d hidrógeno.
Los gobiernos no deberían esperar a las automotrices para revigorizar el transporte público en especial los ferrocarriles eléctricos.
Medidas se deben tomar en distintos niveles. Menos polución en todos los niveles. Mayor compromiso de todos los sectores.Pero este no son el tipo de cosas que se resuelven por las buenas. Es necesario que la ciudadanía, la multitud, cualquiera, se enfrente a los poderosos. Es necesario disputar ese espacio de poder que detiene el petróleo con otras fuentes energéticas alternativas y renobables.
Ya la guerra no es contra el terror. La guerra es contra el petróleo.
Declaremos la guerra al petróleo.
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