Atropello a la libertad de Cátedra

A la comunidad académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA :



Una vez más debemos convocar a la comunidad de profesores y estudiantes para repudiar los criterios con los que la carrera de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), a través de su junta de gobierno, pretende restringir un principio básico en el contenido de las materias: el pluralismo ideológico. El pasado viernes 10 de Octubre la dirección de la carrera decidió arbitrariamente, y haciendo caso omiso a la fundamentada protesta de más de doscientos estudiantes y docentes de la carrera que se encontraban presentes en la sesión, recortarle módulos (vale decir, reducir cuatrimestres de dictado o directamente eliminar la asignatura de la curricula de la carrera) a varias materias que desde hace años se vienen dictando de forma ininterrumpida en el tronco de las orientaciones de la carrera, desmereciendo tanto a los respectivos equipos de cátedras que las componen -de larga trayectoria en la labor docente y de investigación- como al contenido crítico que expresan. De esta forma, materias como Economía Internacional (Ex-Matellanes-Filadoro), dictada durante casi 20 años y uno de cuyos ejes centrales es precisamente el análisis de las crisis financieras a nivel mundial, así como Economía Política (Lavergne), son obligadas a dictar sus contenidos durante sólo un cuatrimestre, y asignaturas de similar pertinencia para entender la realidad política contemporánea como Teoría de la práctica política en la tradición revolucionaria (Bonnet) es directamente barrida de la oferta para el próximo año lectivo, sin otro argumento esgrimido por los consejeros de la actual gestión que el haber tenido "otras preferencias". Lo que se pone en marcha así es una orientación -y todo un juego de favoritismos y obstáculos, que en la jerga se conoce como "poroteo"- que obedece a una restringida idea de la teoría política, de la formación profesional-académica y del debate epistemológico sobre lo que se entiende por cuestiones tales como políticas públicas, política latinoamericana o globalización. Una vez más, decimos, tenemos que denunciar que las materias que permanentemente se ven desfavorecidas por la gestión actual son las que presentan un sesgo no-liberal en sus contenidos. Desfavorecimiento que parece tomar nuevos ímpetus cuando se busca inclinar la carrera –con el objetivo de una veloz y oscura reforma de su plan de estudios– a favor de los temas de corte administrativista y formalista como modo hegemónico de entender la política. Justamente hoy cuando la crisis de los paradigmas liberales está a la vista del mundo entero, el espacio universitario que debería aspirar a ser parte de un laboratorio público de reflexión y debate, se cierra en formulaciones mezquinas y obtusas para definir las problemáticas admitidas como pertinentes. No importa si esto se hace en nombre de los intereses de un pueblo mitológico o en nombre del deseo de ser parte de algún tipo de funcionariado: todos los argumentos confluyen en un empobrecimiento y una banalización del debate político en la carrera que una vez más tiene que discutir bajo qué tensión sintetiza las dos palabras que la componen: ¿a qué le llamamos ciencia y a qué le llamamos política?

Ante la evidente negación de la dirección de la carrera de efectuar un debate amplio en el cual confrontar ideas y experiencias que contribuyan a una definición de los contenidos de la carrera en forma plural, llamamos a docentes, investigadores, estudiantes y a la comunidad toda a expresarse, tanto mediante la adhesión a la presente como en las acciones que se realicen, a favor de la continuidad de las materias y módulos dados arbitrariamente de baja.



Adhesiones:

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